Prensa filbo2017
En la Gala de Poesía, el colombiano Giovanny Gómez, el español Javier Bozalongo, el estadounidense Richard Blanco y la palestina Nathalie Handal relataron lo que para ellos significa ser inmigrante y cómo la poesía significa poner los sueños en palabras, retratar vidas. Para ellos la palabra exilio se aprehende en muchas lenguas y en muchas ciudades, “resiste las estructuras políticas de poder de cualquier época”. Ser inmigrante es, creer, es tener un acto de Fe.
Richard Blanco, quien fue escogido para leer en la segunda posesión de Barak Obama, respondió las siguientes preguntas en el marco de la FILBo.
¿Cómo define la palabra “inmigrante”?
Para mí, como siempre digo, uno puede ser inmigrante hasta en el mismo país así sea nativo. Uno se puede mover de una ciudad a otra, de una región a otra, entonces al inmigrante lo defino como la persona que se enfrenta a la identidad. Y tiene que ver con el hogar: dónde es que uno nace, dónde es que uno quiere vivir, son todas esas preguntas que uno tiene que llegar a conocer, necesariamente con nacionalidad. Siempre trato de escribir desde esa perspectiva. Nos podemos sentir como inmigrantes en nuestras propias ciudades. Me fascina esa psicología, el inmigrante puede ver cosas diferentes, que los otros no ven: enfrentarse con diferentes comidas, apreciar cosas que otros no pueden apreciar.
¿En ese sentido, cuál es su hogar, podría decirse que usted es un “ciudadano del mundo”?
Exactamente, escribo tratando de reflejar que soy un ciudadano del mundo. Me he dado cuenta de que aunque tenemos esta idea –que quizás hace 100 años atrás era relegante- que somos “colombianos” o que somos “cubanos” o que somos “estadounidenses”. Todos somos seres humanos del planeta, y, como siempre digo, estoy esperando el día que lleguen los extraterrestres para al fin decir todos somos de la tierra.

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