Las Localidades de Bogotá muestran su talento
Listos los proyectos ganadores de Localidades Culturalmente Activas
Un total de 58 premios se adjudicaron a igual número de proyectos de carácter cultural y artístico, por parte de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte a través de Localidades Culturalmente Activas.
A través de la convocatoria Localidades Culturalmente Activas, la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte apoya proyectos de artistas y organizaciones culturales que desarrollan prácticas en las 20 localidades de Bogotá. Precisamente, se adjudicaron las propuestas ganadores de dicha convocatoria, 58 en total, cuyo bolsa total de premios asciende a más de 470 millones de pesos. Adicionalmente, se premió también a una propuesta de circulación en la localidad de Sumapaz.
De esta forma se está apoyando a personas, grupos y organizaciones artísticas que llevan a cabo en los barrios, sustrato social de las localidades, todos aquellos procesos de formación y creación artística que promueven el desarrollo social de muchas personas que se desenvuelven en áreas como arte dramático, música, danza, artes audiovisuales, literatura y artes plásticas.
Entre los proyectos que resultaron ganadores, hay una fuerte tendencia al teatro comunitario, a la formación de nuevos actores de teatro, talleres de música para jóvenes y público de todas las edades, montaje de obras de danza, etc. Son procesos en los que se beneficia a muchas personas y comunidades, que transcurren de forma silenciosa al interior de barriadas y populosos sectores.
Desde este mes y hasta diciembre, se visibilizarán los proyectos seleccionados en funciones especiales a las que la ciudadanía podrá asistir, sin ningún costo, en diferentes escenarios de la ciudad.
Conozca aquí algunos de los trabajos seleccionados.
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HOY PROYECTO MUSITECASA DE RAFAEL URIBE URIBE
Musitecasa, una escuela de música conformada por jóvenes de la localidad número 18. Es uno de los ganadores de la convocatoria 'Localidades Culturalmente Activas' de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte.
En el cuarto piso de la casa del joven Henry González, se reúnen todos los fines de semana los músicos de corazón de la localidad de Rafael Uribe Uribe. Allí, en la que es la sede de la Corporación Cultural Kontrabía, queda el hogar de cientos de jóvenes y adolescentes de los barrios San Agustín, Diana Turbay y sus alrededores, a quienes la música los úne. "Esta es la casa de todos los que aman la música ─explica González─, por eso nuestro proyecto se llama Musitecasa. Es el lugar de encuentro no sólo físico sino espiritual de aquellos que comparten como nosotros la afición por crear música, ensayar música, hablar de música, leer música... Mejor dicho: vivir de la música".
Kontrabía, gestora de Musitecasa, antes de corporación cultural, empezó como un 'parche' de amigos que, sedientos de rock and roll, le dieron forma a la agrupación musical que llevó el mismo nombre. De allí nace Grito de Guerra, una banda insignia de la corporación, con la cual conquistaron parques, colegios y otros espacios en su localidad.
Durante esas 'giras' de conciertos por los escenarios de Rafael Uribe Uribe, Henry González, líder de Grito de Guerra, se dio cuenta de que a los muchachos allí les faltaba un espacio para aprender a tocar instrumentos musicales y sumergirse de lleno en la cultura musical. Eso, ya hace casi una década, fue el punto de partida de lo que muchos consideron una locura, pero hoy "es con seguridad la única escuela de educación musical integral que tiene nuestra localidad", afirma con orgullo González, rockero consumado a la actividad musical desde hace más de 12 años.
Y como de las locuras han surgido las genialidades, en el caso de Kontrabía no fue la excepción. La espontánea escuela de música tuvo su primera sede en la casa cural del barrio Diana Turbay, gracias al auspicio del padre Marcos Quintero, quien de paso les solicitó sus servicios musicales para animar las eucaristías. Pero Quintero tuvo que irse del barrio y con él, terminó el apoyo a la escuela de los Kontrabía.
Sin embargo, esto no fue problema: el papá de Henry apoyó la causa de su hijo y su cofradía, concediéndoles el cuarto piso de la casa familiar. Allí montaron una modesta sala de ensayo con una vieja batería, un par de oxidadas pero afiladas guitarras eléctricas y un pequeño teclado de dos octavas. Comenzaron a dictar clases de manera casual, pero su trampolín fue el "Concurso de Iniciativas Juveniles e Infantiles de Rafael Uribe Uribe", apoyado por la Alcaldía Local, el cual ganaron en el 2007. Se adjudicaron un dinero que les sirvió para dinamizar este naciente centro de formación musical y tuvieron que iniciar entonces una estrategia de convocatoria de públicos, pues entre los compromisos del premio debían beneficiar a por lo menos 50 jóvenes.
Henry inició su labor de difusión pegando un afiche en el portal de su casa. La publicidad surtió efecto: "El primer día de clases, llegaron más de 80 pelaos con ganas de aprender a tocar algún instrumento musical", cuenta entre risas González, mientras se recoge con un lazo su larga cabellera.
Todos los alumnos tenían claro su objetivo: montar una agrupación de rock. Pero según decían, "estaban cansados de asistir a cursillos de guitarra de dos meses... Muchos estaban a punto de odiar la música", recuerda. Pero la escuela de los Kontrabía era diferente porque allí se daba la libertad de escoger el instrumento musical y se daban consejos sobre cuál se adaptaba mejor al alumno, reciben técnica en el instrumento que escogen, gramática musical, rítmica, historia de la música y lo más importante: un taller social donde se motiva la tolerancia por los diferentes géneros y formas de pensar, la importancia del música en la sociedad y cómo enfrentar a través de su arte las problemáticas que viven al ser jóvenes de esta localidad.
Musitecasa hoy es ya un proyecto maduro, que tiene el orgullo de haber 'graduado' varias generaciones de jóvenes que, según calcula González, son más de quinientos. Pero no sólo hay rock: todos los géneros tienen cabida y en especial el folclor colombiano, al punto de enseñarles incluso a fabricar instrumentos como la tambora y la gaita. Así mismo, están conformando una Biblioteca Musical: libros, partituras, videos y discos para la consulta de toda la comunidad.
De aquí a diciembre, se están realizando los talleres de formación y al final, montarán un gran concierto con sus aplicados estudiantes. Pero aunque las clases ya comenzaron, todavía hay chance de inscribirse y hacer parte de la gran familia Musitecasa.
Un total de 58 premios se adjudicaron a igual número de proyectos de carácter cultural y artístico, por parte de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte a través de Localidades Culturalmente Activas.
A través de la convocatoria Localidades Culturalmente Activas, la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte apoya proyectos de artistas y organizaciones culturales que desarrollan prácticas en las 20 localidades de Bogotá. Precisamente, se adjudicaron las propuestas ganadores de dicha convocatoria, 58 en total, cuyo bolsa total de premios asciende a más de 470 millones de pesos. Adicionalmente, se premió también a una propuesta de circulación en la localidad de Sumapaz.
De esta forma se está apoyando a personas, grupos y organizaciones artísticas que llevan a cabo en los barrios, sustrato social de las localidades, todos aquellos procesos de formación y creación artística que promueven el desarrollo social de muchas personas que se desenvuelven en áreas como arte dramático, música, danza, artes audiovisuales, literatura y artes plásticas.
Entre los proyectos que resultaron ganadores, hay una fuerte tendencia al teatro comunitario, a la formación de nuevos actores de teatro, talleres de música para jóvenes y público de todas las edades, montaje de obras de danza, etc. Son procesos en los que se beneficia a muchas personas y comunidades, que transcurren de forma silenciosa al interior de barriadas y populosos sectores.
Desde este mes y hasta diciembre, se visibilizarán los proyectos seleccionados en funciones especiales a las que la ciudadanía podrá asistir, sin ningún costo, en diferentes escenarios de la ciudad.
Conozca aquí algunos de los trabajos seleccionados.
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HOY PROYECTO MUSITECASA DE RAFAEL URIBE URIBE
Musitecasa, una escuela de música conformada por jóvenes de la localidad número 18. Es uno de los ganadores de la convocatoria 'Localidades Culturalmente Activas' de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte.
En el cuarto piso de la casa del joven Henry González, se reúnen todos los fines de semana los músicos de corazón de la localidad de Rafael Uribe Uribe. Allí, en la que es la sede de la Corporación Cultural Kontrabía, queda el hogar de cientos de jóvenes y adolescentes de los barrios San Agustín, Diana Turbay y sus alrededores, a quienes la música los úne. "Esta es la casa de todos los que aman la música ─explica González─, por eso nuestro proyecto se llama Musitecasa. Es el lugar de encuentro no sólo físico sino espiritual de aquellos que comparten como nosotros la afición por crear música, ensayar música, hablar de música, leer música... Mejor dicho: vivir de la música".
Kontrabía, gestora de Musitecasa, antes de corporación cultural, empezó como un 'parche' de amigos que, sedientos de rock and roll, le dieron forma a la agrupación musical que llevó el mismo nombre. De allí nace Grito de Guerra, una banda insignia de la corporación, con la cual conquistaron parques, colegios y otros espacios en su localidad.
Durante esas 'giras' de conciertos por los escenarios de Rafael Uribe Uribe, Henry González, líder de Grito de Guerra, se dio cuenta de que a los muchachos allí les faltaba un espacio para aprender a tocar instrumentos musicales y sumergirse de lleno en la cultura musical. Eso, ya hace casi una década, fue el punto de partida de lo que muchos consideron una locura, pero hoy "es con seguridad la única escuela de educación musical integral que tiene nuestra localidad", afirma con orgullo González, rockero consumado a la actividad musical desde hace más de 12 años.
Y como de las locuras han surgido las genialidades, en el caso de Kontrabía no fue la excepción. La espontánea escuela de música tuvo su primera sede en la casa cural del barrio Diana Turbay, gracias al auspicio del padre Marcos Quintero, quien de paso les solicitó sus servicios musicales para animar las eucaristías. Pero Quintero tuvo que irse del barrio y con él, terminó el apoyo a la escuela de los Kontrabía.
Sin embargo, esto no fue problema: el papá de Henry apoyó la causa de su hijo y su cofradía, concediéndoles el cuarto piso de la casa familiar. Allí montaron una modesta sala de ensayo con una vieja batería, un par de oxidadas pero afiladas guitarras eléctricas y un pequeño teclado de dos octavas. Comenzaron a dictar clases de manera casual, pero su trampolín fue el "Concurso de Iniciativas Juveniles e Infantiles de Rafael Uribe Uribe", apoyado por la Alcaldía Local, el cual ganaron en el 2007. Se adjudicaron un dinero que les sirvió para dinamizar este naciente centro de formación musical y tuvieron que iniciar entonces una estrategia de convocatoria de públicos, pues entre los compromisos del premio debían beneficiar a por lo menos 50 jóvenes.
Henry inició su labor de difusión pegando un afiche en el portal de su casa. La publicidad surtió efecto: "El primer día de clases, llegaron más de 80 pelaos con ganas de aprender a tocar algún instrumento musical", cuenta entre risas González, mientras se recoge con un lazo su larga cabellera.
Todos los alumnos tenían claro su objetivo: montar una agrupación de rock. Pero según decían, "estaban cansados de asistir a cursillos de guitarra de dos meses... Muchos estaban a punto de odiar la música", recuerda. Pero la escuela de los Kontrabía era diferente porque allí se daba la libertad de escoger el instrumento musical y se daban consejos sobre cuál se adaptaba mejor al alumno, reciben técnica en el instrumento que escogen, gramática musical, rítmica, historia de la música y lo más importante: un taller social donde se motiva la tolerancia por los diferentes géneros y formas de pensar, la importancia del música en la sociedad y cómo enfrentar a través de su arte las problemáticas que viven al ser jóvenes de esta localidad.
Musitecasa hoy es ya un proyecto maduro, que tiene el orgullo de haber 'graduado' varias generaciones de jóvenes que, según calcula González, son más de quinientos. Pero no sólo hay rock: todos los géneros tienen cabida y en especial el folclor colombiano, al punto de enseñarles incluso a fabricar instrumentos como la tambora y la gaita. Así mismo, están conformando una Biblioteca Musical: libros, partituras, videos y discos para la consulta de toda la comunidad.
De aquí a diciembre, se están realizando los talleres de formación y al final, montarán un gran concierto con sus aplicados estudiantes. Pero aunque las clases ya comenzaron, todavía hay chance de inscribirse y hacer parte de la gran familia Musitecasa.
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