Chocó se toma las salas de cine colombiano
♪Viendo tu camino tan olvidado, Chocó querido
Lo que tú has sufrido sin tu destino poder cambiar.
Tu inmenso quebranto,
Me hiere tanto que en mí penar,
Agobiado el pecho,
Triste y deshecho,
Quiero llorar.
Óyeme chocó,
Oye por favor;
Tú no tienes por qué estar sufriendo así.
La resignación de tu corazón
Se agotará y el día llegará
De tu redención.
Siempre suspirando,
Siempre esperando
Un gran sufrir. ♪
Canción: Lamento Chocoano
Autor: Migue Vicente Garrido
Una
torta de cumpleaños
SINOPSIS
Chocó es una mujer negra de 27 años,
que lleva a cuestas una familia de dos hijos
menores y a Everlides, su esposo músico que sólo sabe tocar marimba, beber
viche y jugar dominó.
Chocó es una mujer fuerte y luchadora. En la
mañana trabaja buscando oro en el río San Juan y en las tardes lava ropa de
otras familias para alimentar y educar a sus hijos.
Es el cumpleaños de la pequeña
Candelaria, y por primera vez, Chocó le promete una torta. Sin embargo, las cosas se complican al tratar de cumplir esta
promesa, desencadenando consecuencias inesperadas para Chocó y toda su familia.
EL CHOCÓ: Aquí la tierra no tiene dueño
“Quería contar una historia que pudiera
dibujar un poco al Chocó; además, es una historia que tenía que contarse con
total conocimiento. Para no sentirme perdido en el espacio, lo mejor era
hacerlo en un lugar que yo conocía palpablemente, que conocía su música, que
conocía su cultura, su comida; conocía qué pasaba cuando alguien se muere, y
por eso la hice en Chocó, porque es lo que más conozco, es lo más cercano a
mí.”
Jhonny
Hendrix Hinestroza
Habitado en su mayoría por
comunidades afro descendientes e indígenas, Chocó es el camino recorrido por
muchos ríos que dibujan paisajes curvos sobre una tierra fértil. Un territorio
donde el cielo cambia de colores en cada atardecer, muta, nunca es igual. El
cielo de Chocó es distinto, como un arco iris: es azul, es gris, es naranja, es
amarillo, es violeta. El tiempo transcurre sutil entre cada tono, en un eterno
retorno entre la noche y el día, el curso de las aguas del río y el oro que se
esconde en el caudal. Los días se pasan entre el susurro de las hojas de las
altas copas de los árboles, movidas por el viento y el sonido agudo de los
insectos que se ocultan en el monte.
El departamento del Chocó es el
único territorio del país que limita con el Océano Atlántico y el Océano
Pacífico, y comprende la mitad del Litoral Pacífico colombiano. Su tradición
oral es difundida a través de cantos y el sonar de cueros y maderas que dan
cuenta de un legado ancestral que le aporta gran riqueza a cultura. Pero a pesar
de su riqueza, el hombre no ha sabido cuidar la tierra. Como en las
predicciones indígenas, foráneos han llegado a explotar los recursos que ésta
provee sin ningún escrúpulo, sumiendo al territorio en una crisis ambiental en
donde el hombre adquiere sus bienes sin darle nada a cambio, sólo destrucción.
Chocó cuenta con una gran
variedad de minerales, el oro es uno de ellos. La técnica tradicional para
extraerlo se llama mazamorreo; con
una batea, un recipiente cóncavo, que se sumerge en el caudal llenándolo de
arena; al salir del agua se menea y se obtiene oro en pequeños tamaños. Pero
este proceso se ha industrializado con el fin de agilizarlo; así, grandes
máquinas desvían el caudal del río y se incluye el mercurio. El cause ya no es
cristalino y el agua ya no es un ecosistema propicio para muchas especies,
incluido el ser humano.
La minería ilegal es una enorme
amenaza para la biodiversidad, además, ha cambiado sustancialmente la manera
como se ve el paisaje chocoano. Jhonny Hendrix quiso retratar eso en CHOCÓ,
según él “La cuestión es que mucha gente
que no tiene educación, hay ignorancia generalizada, ellos están viviendo del
peso, del almuerzo del día, y cuando se vive de esa forma es muy difícil pelear por el resto. Todo eso me llevó a
contar una película con unos tiempos particulares, con una mirada
contemplativa, con una añoranza por esa naturaleza, por esa exuberancia que se
vive y que se tiene todo el tiempo”.
En la piel de Jhonny Hendrix
El largometraje CHOCÓ se realizó dentro del marco de Cine para sentir al Chocó, un proyecto liderado por Antorcha Films apoyado por diversas organizaciones entre las que se encuentran ASOCASAN, AMICHOCÓ, WWB, ACNUR, entre otras; que buscaba generar un acercamiento de las comunidades negras con el lenguaje audiovisual. Por ello en el proceso de pre producción se realizaron talleres de aproximación documental sobre historias de mujeres, que permitieron afianzar relaciones con toda la comunidad, en esa sentido fue fundamental contar con el Consejo Comunitario del Alto San Juan y todos sus integrantes, quienes apoyaron incondicionalmente la realización del proyecto.
Para Jhonny Hendrix CHOCÓ es una
película intimista, que si bien no es de carácter biográfico, surge desde su
sensibilidad más interna, desde su gusto personal y de la necesidad de retratar
a partir de imágenes, historias que él, un curioso observador, ha tenido que
presenciar. “Me tocó ver a un hombre que
estaba golpeando a su novia en el bar.
Me tocó ver cómo dos mujeres se agredían
por el mismo hombre mientras él se reía de ellas, y me tocó escuchar, y esta
fue la conversación que básicamente me llevó a contar esta historia, a dos
mujeres que iban en un bus hablando sobre cómo habían conocido al amor de sus
vidas a partir de una violación. Las dos se enamoraron de cada uno de esos
individuos y estaban felices porque eran los hombres que las hacían sentir
mujeres. Era una vaina aterradora, pero a la vez llena de cotidianidad para
ellas. Lo decían con tal relajamiento que no las estaba afectando emocionalmente.
Al final, el individuo que las violó a las dos resultó siendo el mismo
personaje, es decir, están compartiendo el mismo marido. Fue tal el impacto de
esta historia, que me senté a escribir CHOCÓ”.
La construcción del personaje
Chocó, la mujer fuerte y resoluta, se logró a partir de los referentes
femeninos en la vida de Hendrix, su madre y su abuela. El reto de elaborar un
personaje femenino desde su integridad y fortaleza, se fue concretando a partir
de delinear sensaciones y anécdotas propias, y de su convicción de que “la mujer es un ser supremo, un ser superior
al hombre”.
Ubicar a su heroína en el lugar
donde él creció, le da una carga aún más íntima a la película, una nostalgia
por un espacio que se ha transformado a través de los años, para él este “es un retrato de la vida en una tierra olvidada, una metáfora de la riqueza y el
abuso que ha sufrido esta región del país”. Es recordar ese espacio que marcó su
infancia “crecí
en un lugar donde todo el mundo tenía
comida, por lo menos plátano con queso. Teníamos ríos por todos lados, había
mucha exuberancia. Si querías un banano lo cogías del árbol; habían frutos por
todos lados. Yo fui niño en una Quibdó abundante, extrañamente abundante, donde
había música todo el tiempo, donde todo el mundo sabía tocar un instrumento,
ese es el Chocó que yo recuerdo. Una vez cuando me fui de viaje, miraba desde
el avión y veía muchos árboles por todas partes, solamente se veía selva y
ríos. Cuando regresé por primera vez, vi muchos huecos en la vegetación, huecos
de minas, donde cada mina es una laguna verde que está llena de químicos”. Con tristeza Hendrix continúa “Esa belleza natural del Chocó se está extinguiendo, se está muriendo,
se está interrumpiendo cada vez más adentro de la selva. Me tocó sentir en la
carretera un bache por la tala de árboles que está acabando con la selva, y lo
peor, está acabando con la gente de esa tierra; una tierra de gente afro que ha
vivido ahí toda su vida y que ahora debe compartir el espacio con personas que
migran de Antioquia y otros sitios del país, que llegan a adueñarse de la
tierra, o la compra por muy poco”.
La ópera prima de Jhonny Hendrix
es una historia
con toques de drama, comedia y amor; como la vida misma. Una narración visceral
sobre lo que significa ser mujer y ser madre en Chocó; sobre un ser humano que
se levanta desde los abismos más profundos para transformarse, reconstruirse y
volver a empezar. Chocó es una heroína, es la materialización de muchas
historias reales de mujeres que día a día se las arreglan para sobrevivir por
la única fuerza que les queda, los frutos que surgen de sus entrañas.
Jhonny Hendrix Hinestroza
Nació el 12 de octubre
de 1975 en Quibdó, Chocó. Director y productor de cine con más de 15
años de experiencia en cine y televisión.
Entre 1999 y el 2001 se desempeñó como gestor y organizador del Festival de
Cine y Video CinMilímetros en la ciudad de Cali. En 2003 creó Antorcha Films, una
empresa dedicada a la producción de proyectos cinematográficos propios, así
como a la prestación de servicios de producción.
Fue uno de los productores del largometraje PERRO
COME PERRO de Carlos Moreno, que tuvo su premier mundial en el Festival de
Sundance. Fue productor Ejecutivo de DR. ALEMÁN, película alemana dirigida por
Tom Schreiber que se rodó en la ciudad de Cali en el 2007. En 2011 Produjo EN
COMA, codirección de Juan David Restrepo y Henry Rivero. Es productor de varias
co producciones internacionales entre las que se encuentran HIROSHIMA de Pablo
Stoll con Uruguay; PATAS ARRIBA de Alejandro García Wiedemann de Venezuela; del
film ecuatoriano SIN OTOÑO, SIN PRIMAVERA de Iván Mora; del largometraje
animado ANINA de Uruguay; de LOS NIÑOS DE INKISI y CENIZAS DEL PERDÓN, ambos
rodados en el Congo (África) en asocio con TalaTala Producciones de España; así
como del filme norteamericano ESCRIBANA DE URABÁ, dirigido por Jef y Michael
Zimbalist, y de DESHORA, proyecto argentino dirigido por Bárbara Sarasola Day.
En 2010 dirigió el cortometraje CUANDO LLEGAN LOS
MUCHACHOS, estrenado en los Rencontres Cinémas d'Amérique Latine de Toulouse (Francia). CHOCÓ es su ópera prima. Entre sus próximos
proyectos se encuentran el documental EL
CONFIDENTE de Luis Villegas y los largometrajes EL FÉRETRO, ORLANDA y
SAUDÓ, éstos últimos de su autoría.
Gracias a un cielo caleidoscópico
-DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA-
El tiempo, el paso de los días y
de las horas es perceptible por un reloj infinito que marca el ritmo de la vida
con finos colores. El cielo es una constante en CHOCÓ, una elipsis que acalla las tragedias internas de los
personajes evidenciando la exuberancia del paisaje, de los espacios abiertos y
naturales. Así, la fotografía de la película funciona como la luz del sol, de
las velas, cálida y sutil, donde el artificio es imperceptible. De esta misma naturalidad
surgió uno de los retos más grandes, lograr acoplarse al ritmo del sol, al
movimiento de los días, para que el tiempo no jugara en su contra y se pudieran
aprovechar los momentos de máxima calidad lumínica y así lograr una continuidad
visual. Según Paulo Pérez, director
de fotografía “Las locaciones eran
espacios reales al igual que la mayoría de los actores, que son gente del
lugar, a excepción de Karen Hinestroza, quien es una actriz con formación. Era
ella quien detonaba las escenas y desde allí, cualquier cosa podía pasar, de
tal manera que nuestra puesta en cámara dependía mucho de lo que sucediera, era
de alguna manera documental”.
Los movimientos de cámara son
delicados y fluidos, retratando la cotidianidad del campo, aislada, apacible,
alejada del bullicio y la multitud de la ciudad. Pero es una tranquilidad
espacial que no pretende reflejar el mundo ulterior de los personajes sino más
bien conflictuarlo con un espacio que ofrece una falsa sensación de calma. Los espacios abiertos y escenarios naturales
fueron vitales no sólo para retratar ese espacio que el director quería
documentar, sino también
para darle una sensación realista y cotidiana, donde no había cabida para
recrearlos con montajes artificiales. “Cuando nos reunimos con Jhonny Hendrix para conceptualizar la película
CHOCÓ, hablamos de la exuberancia de su territorio, de sus hermosos paisajes,
de la riqueza de su tierra, de lo agreste de la selva, de su excesiva humedad y
de los seres humanos que conviven con esa naturaleza, son parte de ella y de
alguna manera, son el reflejo de las condiciones en las que viven. Era muy
necesario incorporar el espacio a la narrativa de la historia (…) Pensamos en el formato
panorámico capaz de capturar la riqueza visual del lugar, que nos permitiera
realizar grandes planos generales y componer la imagen horizontalmente, donde
nuestros protagonistas se podían mover libremente, sin necesidad de recomponer
el cuadro constantemente”, afirma Pérez.
En el día, la luz del sol da una
sensación de calidez, un clima tropical donde el cielo se descarga
constantemente cambiando de colores en cada hora del día, como un caleidoscopio
eterno que interviene entre la tierra y el cielo. En la noche las velas son la
principal fuente de luz, dando cuenta de una calidad de vida rudimentaria y
conservando la calidez en la imagen. Una temperatura que procura mantenerse
constante en los diferentes momentos del día. De un personaje que, como afirma
el director “se las arregla para sobrevivir; su
cotidianidad es una serie de planos panorámicos sin vida, pintada en tonos
marrones y grises”.
Paulo Andrés Pérez
Nació
en Cali el 1 de julio de 1969. Realizó sus estudios secundarios en colegio
Alemán de Cali y en 1989 viajó a Bogotá para ingresar al programa de Cine y
Fotografía en UNITEC. Durante sus estudios realizó su primer trabajo
cinematográfico como director y fotógrafo en el cortometraje filmado en 16 mm LANA VIRGEN (1992) y en el documental SOBRE RUEDAS (1993). Dos años más tarde
regresa a su ciudad natal para realizar la cámara y la fotografía de la serie
documental ALASENA, realizada para el SENA y Telepacífico. Durante
ese año asiste al Taller de Guión Cinematográfico dictado por Giovanna
Pollarollo en la Universidad del Valle, y en 1996 viaja a Cuba para realizar talleres de
profundización en dirección de fotografía cinematográfica y en análisis de guión
en la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños, donde
inició su experiencia académica como asistente y coordinador de la cátedra de
fotografía cinematográfica donde interactuó con diversas personalidades del
cine mundial, monitoreando los talleres de los cursos regulares e
internacionales.
Los
largometrajes donde Pérez ha realizado la dirección de fotografía son: EL REY (2004) de Antonio Dorado; KARMMA (2005) de Orlando Pardo; TE AMO ANA ELISA (2006) de Antonio Dorado y Robinson
Díaz; MUERTOS DE SUSTO (2007) de Harold Trompetero y Jairo
Carrillo; LA VIDA ERA EN SERIO (2007) de Mónica Borda; LOS VIAJES DEL VIENTO de Ciro Guerra (2009) y CHOCÓ
de Jhonny Hendrix (2012).
Adicionalmente ha realizado segundas unidades de fotografía de los
largometrajes PARAÍSO TRAVEL (2006) de Simón Brand; y de TUNA HEAVEN (2006).
En televisión hizo la cámara y la fotografía de las series documentales HISTORIA DE LA TELEVISIÓN COLOMBIANA (1997) de Jorge Villa para COLCULTURA; COMUNIDAD DE PAZ DE SAN JOSÉ DE APARTADÓ (1997) de Colbert García, producida para CINEP; JUEGOS OLVIDADOS, MEMORIA DEL PRESENTE (1999) de Ana Victoria Arias para el Ministerio de Cultura y el Convenio Andrés Bello; del documental ESCUELA Y DESPLAZAMIENTOS (2001) de Alexandra Cardona para el Ministerio de Educación y UNICEF. En 2002 realiza la dirección de fotografía de la serie documental DIÁLOGOS DE NACIÓN para el Ministerio de Cultura de Colombia y de los documentales LA VIDA VIVE de Alexandra Cardona; AJUAR DE MODERNIDAD de Jorge Villa; y MÚSICOS OLVIDADOS de Ana Victoria Arias; LAS PERSONERÍAS Y LOS DERECHOS HUMANOS EN COLOMBIA (2003-2004) de Alexandra Cardona, producido por Las Naciones Unidas; TELEVISIONES DEL MUNDO (2006) bajo la dirección de Luis F. Delgado, producido por Canal ARTE (Francia y Alemania); y en 2007 UNA GUERRA AJENA serie documental para Discovery Channel sobre soldados latinos en Irak.
Realizó también la dirección de fotografía para las telenovelas: LA GUERRA DE LAS ROSAS, junto a Juan Carlos Vásquez (2000) y POR AMOR A GLORIA (2005), ambas de Caracol TV. Ha sido director de fotografía cortometrajes, entre los que se encuentran HIENAS (1998), cortometraje cubano-español del director Jordi Solivas; INSTRUCCIONES PARA MATAR A LA LUNA (1999) de Juan Pablo Félix, Colombia; EL FINAL DE MARÍA (1999) y EL PERIÓDICO (2000) de Jorge Villa; ONCE DE LA 7ª (2000) de Nelson Restrepo bajo la producción del Ministerio de Cultura; ZAPPING (2000) cortometraje de AlessandroBassile extraído del largometraje BOGOTÁ 2016; ESTATUAS (2002) de Rubén Mendoza; RODANDO (2002) de Jorge Villa, corto que hace parte del largometraje CINE Y GLOBALIZACIÓN realizado por la sección Cine de tres mundos del Festival de Cannes 2004; UN DÍA DE ESTOS (2003) cortometraje colombo-cubano de Ana María Londoño; LA CERCA (2004) de Rubén Mendoza, selección oficial en Cinefundación del Festival de Cannes 2005 y en JUANITO BAJO EL NARANJO (2006) de Juan Carlos Villamizar, ganador de más de veinte premios internacionales.
En televisión hizo la cámara y la fotografía de las series documentales HISTORIA DE LA TELEVISIÓN COLOMBIANA (1997) de Jorge Villa para COLCULTURA; COMUNIDAD DE PAZ DE SAN JOSÉ DE APARTADÓ (1997) de Colbert García, producida para CINEP; JUEGOS OLVIDADOS, MEMORIA DEL PRESENTE (1999) de Ana Victoria Arias para el Ministerio de Cultura y el Convenio Andrés Bello; del documental ESCUELA Y DESPLAZAMIENTOS (2001) de Alexandra Cardona para el Ministerio de Educación y UNICEF. En 2002 realiza la dirección de fotografía de la serie documental DIÁLOGOS DE NACIÓN para el Ministerio de Cultura de Colombia y de los documentales LA VIDA VIVE de Alexandra Cardona; AJUAR DE MODERNIDAD de Jorge Villa; y MÚSICOS OLVIDADOS de Ana Victoria Arias; LAS PERSONERÍAS Y LOS DERECHOS HUMANOS EN COLOMBIA (2003-2004) de Alexandra Cardona, producido por Las Naciones Unidas; TELEVISIONES DEL MUNDO (2006) bajo la dirección de Luis F. Delgado, producido por Canal ARTE (Francia y Alemania); y en 2007 UNA GUERRA AJENA serie documental para Discovery Channel sobre soldados latinos en Irak.
Realizó también la dirección de fotografía para las telenovelas: LA GUERRA DE LAS ROSAS, junto a Juan Carlos Vásquez (2000) y POR AMOR A GLORIA (2005), ambas de Caracol TV. Ha sido director de fotografía cortometrajes, entre los que se encuentran HIENAS (1998), cortometraje cubano-español del director Jordi Solivas; INSTRUCCIONES PARA MATAR A LA LUNA (1999) de Juan Pablo Félix, Colombia; EL FINAL DE MARÍA (1999) y EL PERIÓDICO (2000) de Jorge Villa; ONCE DE LA 7ª (2000) de Nelson Restrepo bajo la producción del Ministerio de Cultura; ZAPPING (2000) cortometraje de AlessandroBassile extraído del largometraje BOGOTÁ 2016; ESTATUAS (2002) de Rubén Mendoza; RODANDO (2002) de Jorge Villa, corto que hace parte del largometraje CINE Y GLOBALIZACIÓN realizado por la sección Cine de tres mundos del Festival de Cannes 2004; UN DÍA DE ESTOS (2003) cortometraje colombo-cubano de Ana María Londoño; LA CERCA (2004) de Rubén Mendoza, selección oficial en Cinefundación del Festival de Cannes 2005 y en JUANITO BAJO EL NARANJO (2006) de Juan Carlos Villamizar, ganador de más de veinte premios internacionales.
Una
estética documentalista
-DIRECCIÓN
DE ARTE-
Los planos panorámicos retratan espacios naturales y
abiertos en la mayoría de los casos, donde lo que prima no es el detalle sino
el conjunto, la totalidad de los paisajes dan cuenta de un territorio
concurrido por el río y la vegetación, más que por el ser humano. Sin embargo, la
manipulación de la tierra en manos de los individuos que la habitan está
impresa en la imagen, el carácter intimista de CHOCÓ, donde el director quería
plasmar la nostalgia por la exuberancia del territorio en donde creció y la
manera como éste ha sido transformado por el hombre. “La primera
vez que leí el guión pensé en que ésta sería la primera de una serie de
películas que necesariamente debían rodarse en nuestro país, por medio de las
cuales se pueda aportar a hacer visibles problemas sociales como el
maltrato a la mujer, el abandono de los niños, la explotación inadecuada de los
recursos naturales, etc. “, afirma Claudia Victoria, directora de arte.
La composición de cada
encuadre está concebida para que de cuenta de un pueblo que vive bajo ciertas
prácticas y ritos que determinan una cultura muy particular, una mirada sobre
la forma como ésta condiciona la manera en que se intervienen los interiores y
los exteriores. Los espacios cerrados, como las casas, reflejan una forma de
vida un tanto precaria, se vive con lo necesario. En palabras de Claudia
Victoria, “La idea
fue recrear el ambiente rural, la sencillez de la vida cotidiana y la
exaltación de la belleza de la raza negra a través de la propuesta de vestuario
y el tratamiento del color como símbolo de diversidad y riqueza cultural”. Elementos como las botas pantaneras que usa Chocó para trabajar en la
mina y la batea, un recipiente de madera cóncavo que se utiliza para extraer el
oro del río, el machete, la marimba, el dominó y los cabellos trenzados,
retratan las prácticas y costumbres de la población del pacífico colombiano.
Después de semanas de observación se llevó a
cabo el proceso de selección de utilería, que se realizó a través de un
ejercicio de trueque y préstamo, obteniendo elementos de los hogares de la
zona, que cargados de historias relacionadas con sus usos, fueron
útiles para construir atmósferas más sensibles y verosímiles. Por ejemplo, existe una
iconografía alrededor de San Francisco, el patrono de Chocó, que además de dar
cuenta de una necesidad espiritual, busca retratar
una anécdota personal del director,
quien cuenta que cuando su madre estaba en embarazo de él “iba mucho a la iglesia, se detenía siempre a rezarle a San Francisco y
lo miraba a los ojos. Dice que sentía que el santo la escuchaba y le movía los ojos y a veces le sonreía,
entonces para mí era muy importante tenerlo siempre presente en las escenas de
la película, por lo que para mí es, ante todo, un homenaje a ella”, dice
Jhonny Hendrix.
En
CHOCÓ, los detalles son símbolos, premoniciones, objetos sencillos que dentro
de la narración cobran una importancia alegórica, como la torta, el detonante
que desata la peripecia de una madre por cumplir un compromiso adquirido con
sus hijos y como afirma Claudia Victoria, “Aunque la historia gira alrededor de una mujer, es a través de la vida
de los niños como se evidencia lo fundamental; nuestro silencio e impotencia
frente al dolor y la violencia, que en el caso de los niños llega a ser reelaborado
a través del juego y la fantasía, pero que para el espectador es un reclamo a
su sensibilidad”.
En los exteriores el detalle
se pierde, la imagen debe ser comprendida como una totalidad, como un paisaje
que eventualmente que genera conflicto, que va desde la belleza de un espacio
rico en recursos naturales, a la devastación de éstos a manos del hombre; del
caudal discreto de un río donde juegan los niños, a un caudal estático de agua
contaminada con mercurio por la explotación minera.
Claudia Victoria
Maestra en
Artes Plásticas del Instituto Departamental de Bellas Artes de Cali. Es pintora
y directora de arte para audiovisuales y docente en la Universidad del Valle,
donde se desempeña además como Directora del Grupo de Investigación en
Artes Visuales.
Ha
participado en numerosas exposiciones colectivas e individuales con sus obras
de pintura y diversos formatos, en eventos como el Salón Nacional de Artistas,
La Bienal de Bogotá y el Salón Regional de Artistas, en repetidas
oportunidades.
Se ha
desempeñado como Directora de Arte de los largometrajes CHOCÓ (2012) de Jhonny
Hendrix, RECUÉRDAME (2010) de Carlos Fernández de Soto, PERRO COME PERRO (2008)
de Carlos Moreno, YO SOY OTRO (2008) de Oscar Campo -premio a Mejor Dirección
de Arte en el Festival Internacional de Cine de Mompox-, DOCTOR
ALEMÁN (2008) de Tom Schreiber y de los cortometrajes MAGNOLIA (2011) de Diana
Montenegro -Mejor Dirección de Arte del Festival Internacional In Vitro Visual-
y ADENTRO (2007) de Ingrid Pérez.
El
sonido del agua. La marimba, un personaje invisible
-MÚSICA-
El departamento de Chocó es el lugar de mayor pluviosidad en el mundo. Las grandes precipitaciones y los numerosos ríos hacen que el agua sea un elemento importante en la relación del hombre con el espacio. Para el músico chocoano Esteban Copete, el sonido de la marimba es como el sonido del agua y como el caudal del río, su ritmo puede ser alegre, estruendoso, sutil o melancólico. Como él mismo afirma, “hay una total conexión entre la música y la región, eso hace que de cierta forma el público sienta que está sentado en el lugar, al lado de los personajes, viendo y escuchando la historia (...) En las comunidades del Pacífico, la música es muy importante porque por medio de ella se transmite de generación en generación la memoria de un pueblo; a través de ella se enseña, se narra el diario vivir de los pobladores, es indispensable para acompañar los momentos de felicidad o de tristeza, es algo que los ayuda a mantenerse firmes a pesar de las adversidades”.
Y así, la música acompaña el recorrido de los personajes. Es un lamento, un clamor, y sobretodo, es la cotidianidad, esa fuerza que mantiene firmes los sueños que no se pueden perder la vista. La música, la marimba, es la eterna compañera del llanto feliz del río, de la travesía de los personajes por un día a día abnegado pero aferrado a sus deseos más íntimos.
Esteban Copete y Hugo Candelario González fueron los músicos encargados de las tonadas de CHOCÓ. Esteban, músico del Grupo Ancestros, interpretó la marimba, y Hugo Candelario, un reconocido músico, líder del Grupo Bahía, cedió los derechos de algunas de sus canciones para que hicieran parte de la banda sonora de la película. El maestro Gualajo, leyenda de la música del pacífico, fue quien le enseñó a interpretar la marimba a Hugo, quien desde entonces ha viajado, desde su tierra natal, Guapi (Cauca), por todo el mundo, dando a conocer el sonido redondo de su instrumento. Ha participado como músico invitado en los montajes de la Orquesta Sinfónica del Valle, Manglares, dirigido por el maestro Francisco Zumaque y Salsa de Currulao dirigida por el maestro Paul Dury y en el cual participó como arreglista, junto con el maestro Félix Darío Morgan.
La marimba y la música son un personaje más. Un juglar que narra historias y conserva la memoria colectiva de un pueblo, una que se transmite de generación en generación, como Everlides le enseña a su hijo Jeffrey a interpretar el instrumento. La música delinea a través de pentagramas invisibles las pulsiones que incrementan o disminuyen las tensiones de los personajes en CHOCÓ, dando además cuenta de una cultura ancestral que se niega al desgaste corrosivo del olvido.
Los
personajes
Para el rodaje de CHOCÓ, Jhonny Hendrix
optó por seguir un camino realista para crear un drama, no desde lo feminista
sino simplemente desde lo humano, con personajes creíbles; por eso cuando
concibió esta película siempre pensó que la única forma de hacerlo era con
actores naturales, personas de la región con un acento propio y un ritmo único
que los caracteriza y distingue de todas las demás regiones de Colombia.
“Desde mi pequeña experiencia como productor y director, siempre
he pensado que un buen actor no es saber interpretar a un personaje. Para que
un buen actor pueda hacer un buen personaje, su personalidad tiene que ser
cercana a la de éste. Tiene que tener esa intimidad única, se debe dar esa
comunión de caracteres, porque de lo contrario no es creíble. Es eso, busco que
la personalidad del personaje sea muy cercana a la personalidad del actor, o de
la persona que lo va a interpretar”. Asegura Hendrix.
CHOCÓ
La
travesía de la heroína
Un solo cumpleaños y una torta transforman una vida
trivial y resignada en la hazaña más grande que una mujer puede lograr. Chocó
es la metáfora de un destino marcado por el abandono y la sumisión y aunque el
destino parezca inmutable, el caudal nunca será dos veces igual. Una torta de
cumpleaños la hará mirar la vida de frente y amarla por lo que es, abandonarlo
todo para comenzar un nuevo rumbo; darse cuenta que no se vive por nadie más,
que aunque el río arrastre pesadas piedras, nunca permanecerá igual.
La historia de Chocó es la historia de muchas mujeres: una
rutina marcada por los quehaceres del hogar, el cuidado de los hijos y el
trabajo. Una vida donde no cabe la pausa pero tampoco existe ningún afán, ya
que todo pareciera permanecer siempre estático y rutinario. Chocó representa
ese continuo emerger del dolor para purificarse, apoderarse de la vida propia y
transformarse. Es un personaje introspectivo que
habla consigo mismo a partir de imágenes oníricas que le recuerdan su infancia,
su juventud, aquellas épocas cuando era posible soñar.
En palabras de Jhonny Hendrix, “Chocó
no puede cantar, apenas puede llorar, su esposo la ignora mientras ella trabaja
duramente para sostener a su familia; su vida es un río de soledad y es la
prueba misma de cómo el amor por los hijos y la aceptación de algunas
tradiciones culturales, pueden confundir, hasta terminar aceptando la crueldad
y el maltrato, como si fueran algo natural”.
Para Karent Hinestroza Chocó es una mujer aguerrida. Interpretar este
personaje fue una labor extenuante; era sentir toda
la carga dramática y el conflicto que vive el personaje. El trabajo con Jhonny Hendrix fue de provocación. Tuvo que
sumergirse en el universo de la heroína, no desde la elaboración del personaje,
sino convertirse en éste, dentro y fuera de cámara. “Como ella, sentí mucha inconformidad en ese momento. Era pensar que el
final de todo iba llegar, así como pensaba Chocó”. La motivación de la
protagonista son sus hijos, por ellos emprende toda una aventura, por el
compromiso que adquirió con la pequeña Candelaria en el día de su cumpleaños.
Para Karent, CHOCÓ era ese compromiso que la hizo soportar por dos meses, la
encarnación de un personaje abnegado. “Jhonny
me pasó el guión y me di cuenta que era algo sobre lo cual yo también quería
hablar. Sobre ese contexto donde yo también me he criado y sobre el cual hay
mucho para decir, y esta era la oportunidad de hacerlo, y qué mejor que
mediante una película”.
Chocó es una metáfora de la
tierra. Es una mujer hermosa, que da hermosos frutos, inteligente, luchadora,
sagaz, guerrera. Como el departamento que lleva su nombre, de grandes paisajes,
con una fuerza impresionante en sus ríos, que da frutos bellísimos, pero el
hombre no la considera, no la cuida, no es precavido con ella. Es de nadie.
Everlides, su marido, sólo se dedica a jugar dominó y beber viche, el trago de
la región, mientras ella camina grandes trayectos para llevar a sus hijos a la
escuela, sacar oro de la mina y regresar a casa para retomar las labores del
hogar.
La resistencia de Chocó viene
del amor por sus hijos y de un sistema de valores transmitido
generacionalmente, por eso no abandona a su marido, porque no tiene más a dónde
ir. “No está bien como lo planteó tu
mamá, como se lo plantearon tus abuelas a ella. No hay que aguantar, no hay que
atender a los hombres siempre, o al menos no si esto implica desatenderse a uno
mismo”. Así plantea Karent la situación de su personaje, afirmando que las
mujeres también permiten el machismo.
Conseguir una torta de
cumpleaños, ese es el impulso que le dará la fuerza a Chocó para abandonarlo
todo y volver a empezar, esta vez sola, con sus dos hijos y toda la fuerza que
alberga dentro de sí, porque las mujeres también pueden desprenderse de los
hombres para lograr sus cometidos.
Karent Hinestroza
Nació en Timbiquí (Cauca) el 10 de octubre de 1986.
Es licenciada en Arte Dramático de la Universidad del Valle con una sólida
formación humanística, ética y gran calidad sensitiva para desarrollar
propuestas artísticas. Complementa la actuación con el canto, la danza y la acrobacia,
y tiene una gran trayectoria en las tablas, participando en obras como UN
TRANVÍA LLAMADO DESEO, el clásico de Chéjov EL JARDÍN DE LOS CEREZOS, ES MI
HOMBRE, PLUTO y UN DOMINGO PERFECTO PARA EL DESCONSUELO, obra que realizó con
la Compañía Teatral Canalete. Además, ha hecho parte del Grupo de Investigación y Creación Dramatúrgica del
Ministerio de Cultura y el Departamento de Artes Escénicas de Univalle con las
obras AMANGUALADOS y EL FUSILAMIENTO DE MANUEL SATURIO VALENCIA, con el grupo
Jóvenes Creadores del departamento del Chocó. Fue asistente del montaje teatral
de ESTA NEGRURA MÍA, junto con la Asociación de Actores Afrocolombianos.
Karent en el cine ha trabajado en el cortometraje
CHANCE (2007) de Neal Alexander y en los largometrajes EL VUELCO DEL CANGREJO
(2010), opera prima del director caleño Óscar Ruiz Navia, donde logró su primer
protagónico y en EL PASEO (2010) de Dago García Producciones. Además, actuó en
el seriado CORREO DE INOCENTES, producción del Canal RCN y CMO, bajo la
dirección Klych López. CHOCÓ es su segundo largometraje como protagonista.
EVERLIDES
Una caja sonora de sueños ebrios
Everlides es el marido de Chocó.
Su enorme talento interpretando la marimba se vio interrumpido cuando se dejó
envolver por una vida bohemia, donde el juego y alcohol opacaron sus
aspiraciones. Del hombre del que se enamoró Chocó, ese músico alegre, ya no
queda nada. Sus sueños se agotaron, no ve futuro y no cree que su música pueda
prosperar, así que abandonar sus ideales se convirtió en la forma de aliviar su
frustración.
Para Everlides, haber tenido una
familia con Chocó es la causa de su fracaso como músico, por eso su desahogo es
con ella. Evadir las responsabilidades del hogar y dejarla con toda la carga,
es una forma de culparla. Y aunque es ella quien lleva la comida a la mesa,
debe someterse a sus órdenes, esperarlo todas las noches para tener que
complacerlo así no quiera y trabajar en la mina para lograr el dinero que les
permite sobrevivir.
Everlides es un personaje que
representa la historia de muchas mujeres y muchos hombres. Él golpea a Chocó
porque se siente más fuerte, porque ella además así lo ha permitido y él no
piensa que las cosas algún día puedan cambiar. Él también es un personaje
abnegado, aunque es el obstáculo para las motivaciones de Chocó, es un hombre
sin sueños, sin ilusiones; piensa que su vida siempre será igual, de la casa a
la tienda y de la tienda a la casa; de borrachera a resaca y de resaca a
borrachera. El sonido de la marimba retumba en su memoria, épocas pasadas donde
era posible soñar, donde la felicidad estaba al alcance de una nota. Ahora
Everlides no tiene motivaciones que lo impulsen a cambiar, a salir del estado
de apatía en el que está paralizado.
Frente a la cámara, Esteban
Copete interpreta a Everlides, pero detrás de ésta es un talentoso músico;
interpreta la marimba y el saxofón, por lo que de cierta manera, tiene un
vínculo con el personaje: la música. Para Esteban el trabajo con Jhonny Hendrix
estuvo “lleno de mucho aprendizaje puesto que
es la primera vez que trabajo en un proyecto cinematográfico; además de eso, la
intención era que las actuaciones salieran muy naturales, que prácticamente
fuera yo el personaje, por eso la idea de llevar a un actor natural y no uno
profesional. Sólo traté de seguir las instrucciones al pie de letra y poner
todo de mi parte para lograr plasmar lo que Jhonny quería que fuera el
personaje”.
Esteban Copete
Nació en el municipio de Tadó en el departamento de
Chocó. Desde niño tuvo un gran interés por la música del Pacífico norte, además
de un gran legado familiar. Su abuelo, Petronio Álvarez, es un reconocido
compositor y guitarrista, quién además inspiro el nombre de uno de los
festivales folclóricos más importantes del país, que tiene lugar en Cali cada
año, el Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez. Desde muy temprana
edad, Esteban interpretaba el saxofón; a sus 10 años su familia se mudó a Cali,
donde conoció la música del Pacífico sur debido a la cercanía de la ciudad con
el mar. “Llegué a Cali y me encontré con
la marimba. Quedé hipnotizado”, así que comenzó sus estudios preparatorios
en el conservatorio Enrique Buenaventura para después trasladarse a La
Universidad del Valle, donde terminó su formación profesional.
Aunque CHOCÓ es el primer acercamiento de Esteban
Copete a la actuación, ha tenido una amplia trayectoria musical. Ha participado
en agrupaciones urbanas que fusionan sonidos del Pacífico con ritmos urbanos, como
La Mojarra Eléctrica. En la búsqueda por plasmar sus sentimientos en la música,
nace Ancestros, agrupación victoriosa del Festival Petronio Álvarez en 2007, posteriormente
invitado por la Cancillería a hacer parte del Plan de Promoción de Colombia en
el Extranjero. Para Esteban Copete “la
marimba es la representación de un pueblo y cuenta una historia de todo un
proceso, una experiencia que vivió la etnia africana, cargada de mucha
nostalgia, muchas alegrías, muchas tristezas (…) todo esto es transmitido a
través del sonido que ella emana. Suena como agua, un sonido muy redondo, pastoso”.
JEFFREY
Las máquinas imaginarias
A pesar de su corta edad Jeffrey
es consciente de la vida que le tocó vivir. Sus sueños están hechos de la misma
materia que están hechas las ambiciones de los adultos, y aunque permanezcan
empapadas de inocencia, esa materia viene de “los imaginarios de un niño en el Chocó. Todos quieren tener una máquina
para tumbar bosques, porque es la forma más fácil de ganar dinero, o la más
directa para hacerse rico.”, como afirma el director. Jeffrey ha tenido que
vivir en medio de la escasez, en un contexto familiar que no tiene que entender
para que le haga daño, imágenes que van convirtiéndose en la normalidad,
trazando una historia que posiblemente se repetirá.
Su mirada es igual a la de su
padre, misteriosa y reservada. Ambos comparten el amor por la música, por eso
Everlides durante el poco tiempo que pasa en la casa, le enseña a Jefrrey a tocar
la marimba.
La vida de Jeffrey es una
dualidad. Sus días son alegres, va al colegio, se divierte en el río con sus
amigos e imagina que conduce máquinas invisibles; pero en la noche es testigo
de los abusos y maltratos de su padre hacia su madre, donde él no puede
intervenir, sólo consolar a su hermana Candelaria.
CANDELARIA
¿A qué sabe la torta?
“En el guión no existía la torta. Llegó
cuando estaba hablando con Daniela (Candelaria), y me dijo -Qué ricos esos
dulces que usted trae, debería regalarme una torta un día de estos-, le
pregunté -¿por qué una torta y no otro dulce?-, y me dijo -porque yo no sé a
qué sabe-. Empecé a preguntarles a todos los niños a qué sabía una torta, y
ninguno había probado una. Parece ilógico, pero lo más básico que tenemos,
ellos no lo tienen. Por eso para mí era importantísimo incluir la torta en la
película, y qué mejor que fuera la
excusa para que Chocó hiciera todo lo que hace por el amor a sus hijos”. Jhonny Hendrix Hinestroza
Candelaria es la hija menor de
Everlides y Chocó. Su dulzura e ingenuidad la han convertido en la mejor amiga
de su madre, quien se aferra a ella y a Jeffrey como sus cómplices, sus
compañeros de viaje. El día de su cumpleaños cambiará la vida, tal y como ella
la conoce. Su regalo deseado es una torta, un pacto entre ella y su madre, del
cual nunca sabrá todas sus implicaciones.
La ternura de Candelaria desarma
a Everlides, quien en ocasiones se acerca y la acaricia. Y aunque ella le teme
a su padre, es muy pequeña para comprender aquellas cosas que debe presenciar,
muy chica para entender lo que una mujer hace por sus hijos, cómo funciona el
amor y qué es la vida.
La expresión en los ojos de la
pequeña Candelaria cuando prueba su torta de cumpleaños le darán a Chocó las
fuerzas para darle un vuelco a su vida,
para alejar a sus hijos de una realidad tan lesiva y conservar la inocencia en
su mirada, en su risas. Candelaria representa la esperanza, la fe, la espera
por una torta que aunque tarde un poco,
llegará para cambiar su vida y empezar a trazar otra historia.
Antorcha Films
-Compañía Productora-
-Compañía Productora-
ANTORCHA FILMS es una
empresa de producción cinematográfica colombiana liderada por el productor y
director Jhonny Hendrix Hinestroza. En el 2006 produce el largometraje PERRO
COME PERRO de Carlos Moreno, el cual tuvo su premiere mundial en Sundance en 2008. En 2007 realiza la producción
ejecutiva y presta servicios de producción para la película DR. ALEMÁN de Tom
Schreiber, cinta de la productora Alemana 2Pilots Filmproduktion, protagonizada
por August Diehl y Marleyda Soto, quien recibió por este papel el premio a
Mejor Actriz en el Festival de Cine de Viña del Mar en el 2009.
En el 2008 ANTORCHA FILMS
participa con Control Z (Uruguay), Rizoma Films (Argentina) y Wanda Films
(España) en la coproducción del largometraje HIROSHIMA de Pablo Stoll; y
realiza la producción de EN COMA, una codirección de Juan David Restrepo y
Henry Rivero. En 2010 participa en las coproducciones PATAS ARRIBA de Alejandro García Wiedemann de Venezuela
y
SIN OTOÑO Y SIN PRIMAVERA, de Iván Mora de Ecuador,
esta última actualmente en postproducción.
Junto a Palermo Animación y Rain Dogs Cine, gana en 2010 el estímulo
de producción del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico
de Colombia, FDC, con la animación ANINA, que también ha obtenido el FONA de Uruguay
y dos premios IBERMEDIA, próxima a estrenarse en salas de cine. También es
coproductor de DESHORA una película de Bárbara
Sarasola Day de Argentina, actualmente en postproducción, así como en la etapa
de preproducción del filme norteamericano ESCRIBANA DE URABÁ, dirigido por Jef
y Michael Zimbalist en coproducción con XYZ Films, y en el desarrollo de los largometrajes
EL FÉRETRO, ORLANDA y SAUDÓ, éstos últimos escritos y dirigidos por
Jhonny Hendrix.
En el campo documental tiene en coproducción los
proyectos LOS NIÑOS DE INKISI y CENIZAS DEL PERDÓN,
ambos rodados en el Congo – África en asocio con TalaTala Producciones de
España; así como EL CONFIDENTE de Luis Villegas con Pavoreal
Producciones y TalaTala Producciones, éste último en etapa de
desarrollo.
Actualmente ANTORCHA
FILMS se encuentra a punto de estrenar en salas a nivel nacional CHOCÓ, opera
prima del director y productor Jhonny Hendrix, película que participó en la Sección
Panorama del 62 Festival Internacional de Cine de Berlín y fue invitada a
inaugurar el 52 Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, donde
obtuvo el premio del público.
Pilotea
la canoa del Atrato hasta el San Juan
FICHA TÉCNICA
Título: Chocó
Año: 2012
País: Colombia
Género: Drama
Idioma: Español
Duración: 80 Minutos
Formato de rodaje: Red
One HD 4K
Formato de proyección: Dolby 5.1
País: Colombia
Director: Jhonny Hendrix
Año: 2012
Guión: Jhonny Hendrix y Alfonso Acosta
Producción: Jhonny Hendrix y Maritza Rincón
Dirección de fotografía: Paulo Andrés Pérez
Dirección de arte: Claudia Victoria
Sonido: Miller Castro
Editor: Mauricio Vergara
Reparto: Karent Hinestroza (Chocó), Esteban Copete
(Everlides), Fabio Iván Restrepo (Ramiro
“El Paisa”), Daniela Mosquera (Candelaria), Sebastián Mosquera (Jeffrey)
Empresa productora: Antorcha Films
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