Chocó se toma las salas de cine colombiano

Viendo tu camino tan olvidado, Chocó querido
Lo que tú has sufrido sin tu destino poder cambiar.
Tu inmenso quebranto,
Me hiere tanto que en mí penar,
Agobiado el pecho,
Triste y deshecho,
Quiero llorar.

Óyeme chocó,
Oye por favor;
Tú no tienes por qué estar sufriendo así.

La resignación de tu corazón
Se agotará y el día llegará
De tu redención.

Siempre suspirando,
Siempre esperando
Un gran sufrir. 



Canción: Lamento Chocoano
Autor: Migue Vicente Garrido


Una torta de cumpleaños

SINOPSIS

Chocó es una mujer negra de 27 años, que lleva a cuestas una familia de dos hijos menores y a Everlides, su esposo músico que sólo sabe tocar marimba, beber viche y jugar dominó.
Chocó es una mujer fuerte y luchadora. En la mañana trabaja buscando oro en el río San Juan y en las tardes lava ropa de otras familias para alimentar y educar a sus hijos.
Es el cumpleaños de la pequeña Candelaria, y por primera vez, Chocó le promete una torta. Sin embargo, las cosas se complican al tratar de cumplir esta promesa, desencadenando consecuencias inesperadas para Chocó y toda su familia.


EL CHOCÓ: Aquí la tierra no tiene dueño

“Quería contar una historia que pudiera dibujar un poco al Chocó; además, es una historia que tenía que contarse con total conocimiento. Para no sentirme perdido en el espacio, lo mejor era hacerlo en un lugar que yo conocía palpablemente, que conocía su música, que conocía su cultura, su comida; conocía qué pasaba cuando alguien se muere, y por eso la hice en Chocó, porque es lo que más conozco, es lo más cercano a mí.”
Jhonny Hendrix Hinestroza


Habitado en su mayoría por comunidades afro descendientes e indígenas, Chocó es el camino recorrido por muchos ríos que dibujan paisajes curvos sobre una tierra fértil. Un territorio donde el cielo cambia de colores en cada atardecer, muta, nunca es igual. El cielo de Chocó es distinto, como un arco iris: es azul, es gris, es naranja, es amarillo, es violeta. El tiempo transcurre sutil entre cada tono, en un eterno retorno entre la noche y el día, el curso de las aguas del río y el oro que se esconde en el caudal. Los días se pasan entre el susurro de las hojas de las altas copas de los árboles, movidas por el viento y el sonido agudo de los insectos que se ocultan en el monte.

El departamento del Chocó es el único territorio del país que limita con el Océano Atlántico y el Océano Pacífico, y comprende la mitad del Litoral Pacífico colombiano. Su tradición oral es difundida a través de cantos y el sonar de cueros y maderas que dan cuenta de un legado ancestral que le aporta gran riqueza a cultura. Pero a pesar de su riqueza, el hombre no ha sabido cuidar la tierra. Como en las predicciones indígenas, foráneos han llegado a explotar los recursos que ésta provee sin ningún escrúpulo, sumiendo al territorio en una crisis ambiental en donde el hombre adquiere sus bienes sin darle nada a cambio, sólo destrucción.

Chocó cuenta con una gran variedad de minerales, el oro es uno de ellos. La técnica tradicional para extraerlo se llama mazamorreo; con una batea, un recipiente cóncavo, que se sumerge en el caudal llenándolo de arena; al salir del agua se menea y se obtiene oro en pequeños tamaños. Pero este proceso se ha industrializado con el fin de agilizarlo; así, grandes máquinas desvían el caudal del río y se incluye el mercurio. El cause ya no es cristalino y el agua ya no es un ecosistema propicio para muchas especies, incluido el ser humano.

La minería ilegal es una enorme amenaza para la biodiversidad, además, ha cambiado sustancialmente la manera como se ve el paisaje chocoano. Jhonny Hendrix quiso retratar eso en CHOCÓ, según él “La cuestión es que mucha gente que no tiene educación, hay ignorancia generalizada, ellos están viviendo del peso, del almuerzo del día, y cuando se vive de esa forma es muy difícil  pelear por el resto. Todo eso me llevó a contar una película con unos tiempos particulares, con una mirada contemplativa, con una añoranza por esa naturaleza, por esa exuberancia que se vive y que se tiene todo el tiempo”.


 En la piel de Jhonny Hendrix

El largometraje CHOCÓ se realizó dentro del marco de Cine para sentir al Chocó, un proyecto liderado por  Antorcha Films apoyado por diversas organizaciones entre las que se encuentran ASOCASAN, AMICHOCÓ, WWB, ACNUR, entre otras; que buscaba generar un acercamiento de las comunidades negras con el lenguaje audiovisual. Por ello en el proceso de pre producción se realizaron talleres de aproximación documental sobre historias de mujeres, que permitieron afianzar relaciones con toda la comunidad, en esa sentido fue fundamental contar con el Consejo Comunitario del Alto San Juan y todos sus integrantes, quienes apoyaron incondicionalmente la realización del proyecto.

Para Jhonny Hendrix CHOCÓ es una película intimista, que si bien no es de carácter biográfico, surge desde su sensibilidad más interna, desde su gusto personal y de la necesidad de retratar a partir de imágenes, historias que él, un curioso observador, ha tenido que presenciar. “Me tocó ver a un hombre que estaba golpeando a su novia  en el bar. Me tocó ver cómo dos mujeres  se agredían por el mismo hombre mientras él se reía de ellas, y me tocó escuchar, y esta fue la conversación que básicamente me llevó a contar esta historia, a dos mujeres que iban en un bus hablando sobre cómo habían conocido al amor de sus vidas a partir de una violación. Las dos se enamoraron de cada uno de esos individuos y estaban felices porque eran los hombres que las hacían sentir mujeres. Era una vaina aterradora, pero a la vez llena de cotidianidad para ellas. Lo decían con tal relajamiento que no las estaba afectando emocionalmente. Al final, el individuo que las violó a las dos resultó siendo el mismo personaje, es decir, están compartiendo el mismo marido. Fue tal el impacto de esta historia, que me senté a escribir CHOCÓ”.

La construcción del personaje Chocó, la mujer fuerte y resoluta, se logró a partir de los referentes femeninos en la vida de Hendrix, su madre y su abuela. El reto de elaborar un personaje femenino desde su integridad y fortaleza, se fue concretando a partir de delinear sensaciones y anécdotas propias, y de su convicción de que “la mujer es un ser supremo, un ser superior al hombre”.

Ubicar a su heroína en el lugar donde él creció, le da una carga aún más íntima a la película, una nostalgia por un espacio que se ha transformado a través de los años, para él este “es un retrato de la vida en una tierra olvidada, una metáfora de la riqueza y el abuso que ha sufrido esta región del país”. Es recordar ese espacio que marcó su infancia “crecí en un lugar donde  todo el mundo tenía comida, por lo menos plátano con queso. Teníamos ríos por todos lados, había mucha exuberancia. Si querías un banano lo cogías del árbol; habían frutos por todos lados. Yo fui niño en una Quibdó abundante, extrañamente abundante, donde había música todo el tiempo, donde todo el mundo sabía tocar un instrumento, ese es el Chocó que yo recuerdo. Una vez cuando me fui de viaje, miraba desde el avión y veía muchos árboles por todas partes, solamente se veía selva y ríos. Cuando regresé por primera vez, vi muchos huecos en la vegetación, huecos de minas, donde cada mina es una laguna verde que está llena de químicos”. Con tristeza Hendrix continúa “Esa belleza natural del Chocó se está extinguiendo, se está muriendo, se está interrumpiendo cada vez más adentro de la selva. Me tocó sentir en la carretera un bache por la tala de árboles que está acabando con la selva, y lo peor, está acabando con la gente de esa tierra; una tierra de gente afro que ha vivido ahí toda su vida y que ahora debe compartir el espacio con personas que migran de Antioquia y otros sitios del país, que llegan a adueñarse de la tierra, o la compra por muy poco”.

La ópera prima de Jhonny Hendrix es una historia con toques de drama, comedia y amor; como la vida misma. Una narración visceral sobre lo que significa ser mujer y ser madre en Chocó; sobre un ser humano que se levanta desde los abismos más profundos para transformarse, reconstruirse y volver a empezar. Chocó es una heroína, es la materialización de muchas historias reales de mujeres que día a día se las arreglan para sobrevivir por la única fuerza que les queda, los frutos que surgen de sus entrañas.

Jhonny Hendrix Hinestroza
Nació el 12 de octubre de 1975 en Quibdó, Chocó. Director y productor de cine con más de 15 años de experiencia en  cine y televisión. Entre 1999 y el 2001 se desempeñó como gestor y organizador del Festival de Cine y Video CinMilímetros en la ciudad de Cali. En 2003 creó Antorcha Films, una empresa dedicada a la producción de proyectos cinematográficos propios, así como a la prestación de servicios de producción.

Fue uno de los productores del largometraje PERRO COME PERRO de Carlos Moreno, que tuvo su premier mundial en el Festival de Sundance. Fue productor Ejecutivo de DR. ALEMÁN, película alemana dirigida por Tom Schreiber que se rodó en la ciudad de Cali en el 2007. En 2011 Produjo EN COMA, codirección de Juan David Restrepo y Henry Rivero. Es productor de varias co producciones internacionales entre las que se encuentran HIROSHIMA de Pablo Stoll con Uruguay; PATAS ARRIBA de Alejandro García Wiedemann de Venezuela; del film ecuatoriano SIN OTOÑO, SIN PRIMAVERA de Iván Mora; del largometraje animado ANINA de Uruguay; de LOS NIÑOS DE INKISI y CENIZAS DEL PERDÓN, ambos rodados en el Congo (África) en asocio con TalaTala Producciones de España; así como del filme norteamericano ESCRIBANA DE URABÁ, dirigido por Jef y Michael Zimbalist, y de DESHORA, proyecto argentino dirigido por Bárbara Sarasola Day.

En 2010 dirigió el cortometraje CUANDO LLEGAN LOS MUCHACHOS, estrenado en los Rencontres Cinémas d'Amérique Latine de Toulouse (Francia).  CHOCÓ es su ópera prima. Entre sus próximos proyectos se encuentran el documental  EL CONFIDENTE de Luis Villegas y los largometrajes EL FÉRETRO,  ORLANDA y  SAUDÓ, éstos últimos de su autoría.

Gracias a un cielo caleidoscópico
-DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA-

El tiempo, el paso de los días y de las horas es perceptible por un reloj infinito que marca el ritmo de la vida con finos colores. El cielo es una constante en CHOCÓ, una elipsis  que acalla las tragedias internas de los personajes evidenciando la exuberancia del paisaje, de los espacios abiertos y naturales. Así, la fotografía de la película funciona como la luz del sol, de las velas, cálida y sutil, donde el artificio es imperceptible. De esta misma naturalidad surgió uno de los retos más grandes, lograr acoplarse al ritmo del sol, al movimiento de los días, para que el tiempo no jugara en su contra y se pudieran aprovechar los momentos de máxima calidad lumínica y así lograr una continuidad visual. Según Paulo Pérez, director de fotografía “Las locaciones eran espacios reales al igual que la mayoría de los actores, que son gente del lugar, a excepción de Karen Hinestroza, quien es una actriz con formación. Era ella quien detonaba las escenas y desde allí, cualquier cosa podía pasar, de tal manera que nuestra puesta en cámara dependía mucho de lo que sucediera, era de alguna manera documental”.

Los movimientos de cámara son delicados y fluidos, retratando la cotidianidad del campo, aislada, apacible, alejada del bullicio y la multitud de la ciudad. Pero es una tranquilidad espacial que no pretende reflejar el mundo ulterior de los personajes sino más bien conflictuarlo con un espacio que ofrece una falsa sensación de calma.  Los espacios abiertos y escenarios naturales fueron vitales no sólo para retratar ese espacio que el director quería documentar, sino oscurecerse, transform´remonicióantemente si oscurecerse, como una premoniciomentos de mtambién para darle una sensación realista y cotidiana, donde no había cabida para recrearlos con montajes artificiales.  “Cuando nos reunimos con Jhonny Hendrix para conceptualizar la película CHOCÓ, hablamos de la exuberancia de su territorio, de sus hermosos paisajes, de la riqueza de su tierra, de lo agreste de la selva, de su excesiva humedad y de los seres humanos que conviven con esa naturaleza, son parte de ella y de alguna manera, son el reflejo de las condiciones en las que viven. Era muy necesario incorporar el espacio a la narrativa de la historia (…) Pensamos  en el formato panorámico capaz de capturar la riqueza visual del lugar, que nos permitiera realizar grandes planos generales y componer la imagen horizontalmente, donde nuestros protagonistas se podían mover libremente, sin necesidad de recomponer el cuadro constantemente”, afirma Pérez.

En el día, la luz del sol da una sensación de calidez, un clima tropical donde el cielo se descarga constantemente cambiando de colores en cada hora del día, como un caleidoscopio eterno que interviene entre la tierra y el cielo. En la noche las velas son la principal fuente de luz, dando cuenta de una calidad de vida rudimentaria y conservando la calidez en la imagen. Una temperatura que procura mantenerse constante en los diferentes momentos del día. De un personaje que, como afirma el director “se las arregla para sobrevivir; su cotidianidad es una serie de planos panorámicos sin vida, pintada en tonos marrones y grises”.

Paulo Andrés Pérez
Nació en Cali el 1 de julio de 1969. Realizó sus estudios secundarios en colegio Alemán de Cali y en 1989 viajó a Bogotá para ingresar al programa de Cine y Fotografía en UNITEC. Durante sus estudios realizó su primer trabajo cinematográfico como director y fotógrafo en el cortometraje filmado en 16 mm LANA VIRGEN (1992) y en el documental SOBRE RUEDAS (1993). Dos años más tarde regresa a su ciudad natal para realizar la cámara y la fotografía de la serie documental ALASENA, realizada para el SENA y Telepacífico. Durante ese año asiste al Taller de Guión Cinematográfico dictado por Giovanna Pollarollo en la Universidad del Valle, y en 1996 viaja  a Cuba para realizar talleres de profundización en dirección de fotografía cinematográfica y en análisis de guión en la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños, donde inició su experiencia académica como asistente y coordinador de la cátedra de fotografía cinematográfica donde interactuó con diversas personalidades del cine mundial, monitoreando los talleres de los cursos regulares e internacionales. 
Los largometrajes donde Pérez ha realizado la dirección de fotografía son: EL REY (2004) de Antonio Dorado; KARMMA (2005) de Orlando Pardo; TE AMO ANA ELISA (2006) de Antonio Dorado y Robinson Díaz;  MUERTOS DE SUSTO (2007) de Harold Trompetero y Jairo Carrillo; LA VIDA ERA EN SERIO (2007) de Mónica Borda; LOS VIAJES DEL VIENTO de Ciro Guerra (2009) y CHOCÓ de Jhonny Hendrix (2012). Adicionalmente ha realizado  segundas unidades de fotografía de los largometrajes PARAÍSO TRAVEL (2006) de Simón Brand; y de TUNA HEAVEN (2006).

En televisión hizo la cámara y la fotografía de las series documentales HISTORIA DE LA TELEVISIÓN COLOMBIANA (1997) de Jorge Villa para COLCULTURA; COMUNIDAD DE PAZ DE SAN JOSÉ DE APARTADÓ (1997) de Colbert García, producida para CINEP; JUEGOS OLVIDADOS, MEMORIA DEL PRESENTE (1999) de Ana Victoria Arias para el Ministerio de Cultura y el Convenio Andrés Bello; del documental ESCUELA Y DESPLAZAMIENTOS (2001) de Alexandra Cardona para el Ministerio de Educación y UNICEF. En 2002 realiza la dirección de fotografía de la serie documental DIÁLOGOS DE NACIÓN para el Ministerio de Cultura de Colombia y de los documentales LA VIDA VIVE de Alexandra Cardona; AJUAR DE MODERNIDAD  de Jorge Villa; y MÚSICOS OLVIDADOS de Ana Victoria Arias; LAS PERSONERÍAS Y LOS DERECHOS HUMANOS EN COLOMBIA (2003-2004) de Alexandra Cardona, producido por Las Naciones Unidas; TELEVISIONES DEL MUNDO (2006) bajo la dirección de Luis F. Delgado, producido por Canal ARTE (Francia y Alemania); y en 2007 UNA GUERRA AJENA serie documental para Discovery Channel sobre soldados latinos en Irak.

Realizó también la dirección de fotografía para las telenovelas: LA GUERRA DE LAS ROSAS, junto a Juan Carlos Vásquez (2000) y POR AMOR A GLORIA (2005), ambas de Caracol TV. Ha sido director de fotografía cortometrajes, entre los que se encuentran HIENAS (1998), cortometraje cubano-español del director Jordi Solivas; INSTRUCCIONES PARA MATAR A LA LUNA (1999) de Juan Pablo Félix, Colombia; EL FINAL DE MARÍA (1999) y EL PERIÓDICO (2000) de Jorge Villa; ONCE DE LA 7ª (2000) de Nelson Restrepo bajo la producción del Ministerio de Cultura; ZAPPING (2000) cortometraje de AlessandroBassile extraído del largometraje BOGOTÁ 2016; ESTATUAS (2002) de Rubén Mendoza; RODANDO (2002) de Jorge Villa, corto que hace parte del largometraje CINE Y GLOBALIZACIÓN realizado por la sección Cine de tres mundos del Festival de Cannes 2004; UN DÍA DE ESTOS (2003) cortometraje colombo-cubano de Ana María Londoño; LA CERCA (2004) de Rubén Mendoza, selección oficial en Cinefundación del Festival de Cannes 2005 y en JUANITO BAJO EL NARANJO (2006) de Juan Carlos Villamizar, ganador de más de veinte premios internacionales.




Una estética documentalista
-DIRECCIÓN DE ARTE-

Los planos panorámicos retratan espacios naturales y abiertos en la mayoría de los casos, donde lo que prima no es el detalle sino el conjunto, la totalidad de los paisajes dan cuenta de un territorio concurrido por el río y la vegetación, más que por el ser humano. Sin embargo, la manipulación de la tierra en manos de los individuos que la habitan está impresa en la imagen, el carácter intimista de CHOCÓ, donde el director quería plasmar la nostalgia por la exuberancia del territorio en donde creció y la manera como éste ha sido transformado por el hombre. “La primera vez que leí el guión pensé en que ésta sería la primera de una serie de películas que necesariamente debían rodarse en nuestro país, por medio de las cuales se pueda aportar a hacer visibles problemas sociales como el maltrato a la mujer, el abandono de los niños, la explotación inadecuada de los recursos naturales, etc. “, afirma Claudia Victoria, directora de arte.

La composición de cada encuadre está concebida para que de cuenta de un pueblo que vive bajo ciertas prácticas y ritos que determinan una cultura muy particular, una mirada sobre la forma como ésta condiciona la manera en que se intervienen los interiores y los exteriores. Los espacios cerrados, como las casas, reflejan una forma de vida un tanto precaria, se vive con lo necesario. En palabras de Claudia Victoria, “La idea fue recrear el ambiente rural, la sencillez de la vida cotidiana y la exaltación de la belleza de la raza negra a través de la propuesta de vestuario y el tratamiento del color como símbolo de diversidad y riqueza cultural”. Elementos como las botas pantaneras que usa Chocó para trabajar en la mina y la batea, un recipiente de madera cóncavo que se utiliza para extraer el oro del río, el machete, la marimba, el dominó y los cabellos trenzados, retratan las prácticas y costumbres de la población del pacífico colombiano.

Después de semanas de observación se llevó a cabo el proceso de selección de utilería, que se realizó a través de un ejercicio de trueque y préstamo, obteniendo elementos de los hogares de la zona, que cargados de historias relacionadas con sus usos, fueron útiles para construir atmósferas más sensibles y verosímiles. Por ejemplo, existe una iconografía alrededor de San Francisco, el patrono de Chocó, que además de dar cuenta de una necesidad espiritual, busca retratar una anécdota personal del director, quien cuenta que cuando su madre estaba en embarazo de él “iba mucho a la iglesia, se detenía siempre a rezarle a San Francisco y lo miraba a los ojos. Dice que sentía que el santo la escuchaba  y le movía los ojos y a veces le sonreía, entonces para mí era muy importante tenerlo siempre presente en las escenas de la película, por lo que para mí es, ante todo, un homenaje a ella”, dice Jhonny Hendrix.

En CHOCÓ, los detalles son símbolos, premoniciones, objetos sencillos que dentro de la narración cobran una importancia alegórica, como la torta, el detonante que desata la peripecia de una madre por cumplir un compromiso adquirido con sus hijos y como afirma Claudia Victoria, “Aunque la historia gira alrededor de una mujer, es a través de la vida de los niños como se evidencia lo fundamental; nuestro silencio e impotencia frente al dolor y la violencia, que en el caso de los niños llega a ser reelaborado a través del juego y la fantasía, pero que para el espectador es un reclamo a su sensibilidad”.  

En los exteriores el detalle se pierde, la imagen debe ser comprendida como una totalidad, como un paisaje que eventualmente que genera conflicto, que va desde la belleza de un espacio rico en recursos naturales, a la devastación de éstos a manos del hombre; del caudal discreto de un río donde juegan los niños, a un caudal estático de agua contaminada con mercurio por la explotación minera.

Claudia Victoria
Maestra en Artes Plásticas del Instituto Departamental de Bellas Artes de Cali. Es pintora y directora de arte para audiovisuales y docente en la Universidad del Valle, donde se desempeña además como Directora del Grupo de Investigación en Artes Visuales.

Ha participado en numerosas exposiciones colectivas e individuales con sus obras de pintura y diversos formatos, en eventos como el Salón Nacional de Artistas, La Bienal de Bogotá y el Salón Regional de Artistas, en repetidas oportunidades.

Se ha desempeñado como Directora de Arte de los largometrajes CHOCÓ (2012) de Jhonny Hendrix, RECUÉRDAME (2010) de Carlos Fernández de Soto, PERRO COME PERRO (2008) de Carlos Moreno, YO SOY OTRO (2008) de Oscar Campo -premio a Mejor Dirección de  Arte en el Festival Internacional de Cine de Mompox-, DOCTOR ALEMÁN (2008) de Tom Schreiber y de los cortometrajes MAGNOLIA (2011) de Diana Montenegro -Mejor Dirección de Arte del Festival Internacional In Vitro Visual- y ADENTRO (2007) de Ingrid Pérez.

El sonido del agua. La marimba, un personaje invisible
-MÚSICA-

El departamento de Chocó es el lugar de mayor pluviosidad en el mundo. Las grandes precipitaciones y los numerosos ríos hacen que el agua sea un elemento importante en la relación del hombre con el espacio. Para el músico chocoano Esteban Copete, el sonido de la marimba es como el sonido del agua y como el caudal del río, su ritmo puede ser alegre, estruendoso, sutil o melancólico. Como él mismo afirma, “
hay una total conexión entre la música y la región, eso hace que de cierta forma el público sienta que está sentado en el lugar, al lado de los personajes, viendo y escuchando la historia (...) En las comunidades del Pacífico, la música  es muy importante porque por medio de ella se transmite de generación en generación la memoria de un pueblo; a través de ella se enseña, se narra el diario vivir de los pobladores, es indispensable para acompañar los momentos de felicidad o de tristeza, es algo que los ayuda a mantenerse firmes a pesar de las adversidades”.

Y así, la música acompaña el recorrido de los personajes. Es un lamento, un clamor, y sobretodo, es la cotidianidad, esa fuerza que mantiene firmes los sueños que no se pueden perder la vista. La música, la marimba, es la eterna compañera del llanto feliz del río, de la travesía de los personajes por un día a día abnegado pero aferrado a sus deseos más íntimos.

Esteban Copete y Hugo Candelario González fueron los músicos encargados de las tonadas de CHOCÓ. Esteban, músico del Grupo Ancestros, interpretó la marimba, y Hugo Candelario, un reconocido músico, líder del Grupo Bahía, cedió los derechos de algunas de sus canciones para que hicieran parte de la banda sonora de la película. El maestro Gualajo, leyenda de la música del pacífico, fue quien le enseñó a interpretar la marimba a Hugo, quien desde entonces ha viajado, desde su tierra natal, Guapi (Cauca), por todo el mundo, dando a conocer el sonido redondo de su instrumento. Ha participado como músico invitado en los montajes de la Orquesta Sinfónica del Valle, Manglares, dirigido por el maestro Francisco Zumaque y Salsa de Currulao  dirigida por el maestro Paul Dury y en el cual participó como arreglista, junto con el maestro Félix Darío Morgan.

La marimba y la música son un personaje más. Un juglar que narra historias y conserva la memoria colectiva de un pueblo, una que se transmite de generación en generación, como Everlides le enseña a su hijo Jeffrey a interpretar el instrumento. La música delinea a través de pentagramas invisibles las pulsiones que incrementan o disminuyen las tensiones de los personajes en CHOCÓ, dando además cuenta de una cultura ancestral que se niega al desgaste corrosivo del olvido.

Los personajes

Para el rodaje de CHOCÓ, Jhonny Hendrix optó por seguir un camino realista para crear un drama, no desde lo feminista sino simplemente desde lo humano, con personajes creíbles; por eso cuando concibió esta película siempre pensó que la única forma de hacerlo era con actores naturales, personas de la región con un acento propio y un ritmo único que los caracteriza y distingue de todas las demás regiones de Colombia.

“Desde mi pequeña experiencia como productor y director, siempre he pensado que un buen actor no es saber interpretar a un personaje. Para que un buen actor pueda hacer un buen personaje, su personalidad tiene que ser cercana a la de éste. Tiene que tener esa intimidad única, se debe dar esa comunión de caracteres, porque de lo contrario no es creíble. Es eso, busco que la personalidad del personaje sea muy cercana a la personalidad del actor, o de la persona que lo va a interpretar”. Asegura Hendrix.

CHOCÓ
La travesía de la heroína

Un solo cumpleaños y una torta transforman una vida trivial y resignada en la hazaña más grande que una mujer puede lograr. Chocó es la metáfora de un destino marcado por el abandono y la sumisión y aunque el destino parezca inmutable, el caudal nunca será dos veces igual. Una torta de cumpleaños la hará mirar la vida de frente y amarla por lo que es, abandonarlo todo para comenzar un nuevo rumbo; darse cuenta que no se vive por nadie más, que aunque el río arrastre pesadas piedras, nunca permanecerá igual.

La historia de Chocó es la historia de muchas mujeres: una rutina marcada por los quehaceres del hogar, el cuidado de los hijos y el trabajo. Una vida donde no cabe la pausa pero tampoco existe ningún afán, ya que todo pareciera permanecer siempre estático y rutinario. Chocó representa ese continuo emerger del dolor para purificarse, apoderarse de la vida propia y transformarse. Es un personaje introspectivo que habla consigo mismo a partir de imágenes oníricas que le recuerdan su infancia, su juventud, aquellas épocas cuando era posible soñar.

En palabras de Jhonny Hendrix, “Chocó no puede cantar, apenas puede llorar, su esposo la ignora mientras ella trabaja duramente para sostener a su familia; su vida es un río de soledad y es la prueba misma de cómo el amor por los hijos y la aceptación de algunas tradiciones culturales, pueden confundir, hasta terminar aceptando la crueldad y el maltrato, como si fueran algo natural”.

Para Karent Hinestroza Chocó es una mujer aguerrida. Interpretar este personaje fue una labor extenuante; era sentir toda la carga dramática y el conflicto que vive el personaje. El trabajo con Jhonny Hendrix fue de provocación. Tuvo que sumergirse en el universo de la heroína, no desde la elaboración del personaje, sino convertirse en éste, dentro y fuera de cámara. “Como ella, sentí mucha inconformidad en ese momento. Era pensar que el final de todo iba llegar, así como pensaba Chocó”. La motivación de la protagonista son sus hijos, por ellos emprende toda una aventura, por el compromiso que adquirió con la pequeña Candelaria en el día de su cumpleaños. Para Karent, CHOCÓ era ese compromiso que la hizo soportar por dos meses, la encarnación de un personaje abnegado. “Jhonny me pasó el guión y me di cuenta que era algo sobre lo cual yo también quería hablar. Sobre ese contexto donde yo también me he criado y sobre el cual hay mucho para decir, y esta era la oportunidad de hacerlo, y qué mejor que mediante una película”.

Chocó es una metáfora de la tierra. Es una mujer hermosa, que da hermosos frutos, inteligente, luchadora, sagaz, guerrera. Como el departamento que lleva su nombre, de grandes paisajes, con una fuerza impresionante en sus ríos, que da frutos bellísimos, pero el hombre no la considera, no la cuida, no es precavido con ella. Es de nadie. Everlides, su marido, sólo se dedica a jugar dominó y beber viche, el trago de la región, mientras ella camina grandes trayectos para llevar a sus hijos a la escuela, sacar oro de la mina y regresar a casa para retomar las labores del hogar.

La resistencia de Chocó viene del amor por sus hijos y de un sistema de valores transmitido generacionalmente, por eso no abandona a su marido, porque no tiene más a dónde ir. “No está bien como lo planteó tu mamá, como se lo plantearon tus abuelas a ella. No hay que aguantar, no hay que atender a los hombres siempre, o al menos no si esto implica desatenderse a uno mismo”. Así plantea Karent la situación de su personaje, afirmando que las mujeres también permiten el machismo.

Conseguir una torta de cumpleaños, ese es el impulso que le dará la fuerza a Chocó para abandonarlo todo y volver a empezar, esta vez sola, con sus dos hijos y toda la fuerza que alberga dentro de sí, porque las mujeres también pueden desprenderse de los hombres para lograr sus cometidos.

 son sus hijos, por ellos no desfallece.zs que hizo choc tambiu sino nsiones de los personajes en cHOCacias, como los ritos reliKarent Hinestroza
Nació en Timbiquí (Cauca) el 10 de octubre de 1986. Es licenciada en Arte Dramático de la Universidad del Valle con una sólida formación humanística, ética y gran calidad sensitiva para desarrollar propuestas artísticas. Complementa la actuación con el canto, la danza y la acrobacia, y tiene una gran trayectoria en las tablas, participando en obras como UN TRANVÍA LLAMADO DESEO, el clásico de Chéjov EL JARDÍN DE LOS CEREZOS, ES MI HOMBRE, PLUTO y UN DOMINGO PERFECTO PARA EL DESCONSUELO, obra que realizó con la Compañía Teatral Canalete. Además, ha hecho parte del Grupo de  Investigación y Creación Dramatúrgica del Ministerio de Cultura y el Departamento de Artes Escénicas de Univalle con las obras AMANGUALADOS y EL FUSILAMIENTO DE MANUEL SATURIO VALENCIA, con el grupo Jóvenes Creadores del departamento del Chocó. Fue asistente del montaje teatral de ESTA NEGRURA MÍA, junto con la Asociación de Actores Afrocolombianos.

Karent en el cine ha trabajado en el cortometraje CHANCE (2007) de Neal Alexander y en los largometrajes EL VUELCO DEL CANGREJO (2010), opera prima del director caleño Óscar Ruiz Navia, donde logró su primer protagónico y en EL PASEO (2010) de Dago García Producciones. Además, actuó en el seriado CORREO DE INOCENTES, producción del Canal RCN y CMO, bajo la dirección Klych López. CHOCÓ es su segundo largometraje como protagonista.



EVERLIDES
Una caja sonora de sueños ebrios

Everlides es el marido de Chocó. Su enorme talento interpretando la marimba se vio interrumpido cuando se dejó envolver por una vida bohemia, donde el juego y alcohol opacaron sus aspiraciones. Del hombre del que se enamoró Chocó, ese músico alegre, ya no queda nada. Sus sueños se agotaron, no ve futuro y no cree que su música pueda prosperar, así que abandonar sus ideales se convirtió en la forma de aliviar su frustración.

Para Everlides, haber tenido una familia con Chocó es la causa de su fracaso como músico, por eso su desahogo es con ella. Evadir las responsabilidades del hogar y dejarla con toda la carga, es una forma de culparla. Y aunque es ella quien lleva la comida a la mesa, debe someterse a sus órdenes, esperarlo todas las noches para tener que complacerlo así no quiera y trabajar en la mina para lograr el dinero que les permite sobrevivir.

Everlides es un personaje que representa la historia de muchas mujeres y muchos hombres. Él golpea a Chocó porque se siente más fuerte, porque ella además así lo ha permitido y él no piensa que las cosas algún día puedan cambiar. Él también es un personaje abnegado, aunque es el obstáculo para las motivaciones de Chocó, es un hombre sin sueños, sin ilusiones; piensa que su vida siempre será igual, de la casa a la tienda y de la tienda a la casa; de borrachera a resaca y de resaca a borrachera. El sonido de la marimba retumba en su memoria, épocas pasadas donde era posible soñar, donde la felicidad estaba al alcance de una nota. Ahora Everlides no tiene motivaciones que lo impulsen a cambiar, a salir del estado de apatía en el que está paralizado.

Frente a la cámara, Esteban Copete interpreta a Everlides, pero detrás de ésta es un talentoso músico; interpreta la marimba y el saxofón, por lo que de cierta manera, tiene un vínculo con el personaje: la música. Para Esteban el trabajo con Jhonny Hendrix estuvo “lleno de mucho aprendizaje puesto que es la primera vez que trabajo en un proyecto cinematográfico; además de eso, la intención era que las actuaciones salieran muy naturales, que prácticamente fuera yo el personaje, por eso la idea de llevar a un actor natural y no uno profesional. Sólo traté de seguir las instrucciones al pie de letra y poner todo de mi parte para lograr plasmar lo que Jhonny quería que fuera el personaje”.

Esteban Copete
Nació en el municipio de Tadó en el departamento de Chocó. Desde niño tuvo un gran interés por la música del Pacífico norte, además de un gran legado familiar. Su abuelo, Petronio Álvarez, es un reconocido compositor y guitarrista, quién además inspiro el nombre de uno de los festivales folclóricos más importantes del país, que tiene lugar en Cali cada año, el Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez. Desde muy temprana edad, Esteban interpretaba el saxofón; a sus 10 años su familia se mudó a Cali, donde conoció la música del Pacífico sur debido a la cercanía de la ciudad con el mar. “Llegué a Cali y me encontré con la marimba. Quedé hipnotizado”, así que comenzó sus estudios preparatorios en el conservatorio Enrique Buenaventura para después trasladarse a La Universidad del Valle, donde terminó su formación profesional.

Aunque CHOCÓ es el primer acercamiento de Esteban Copete a la actuación, ha tenido una amplia trayectoria musical. Ha participado en agrupaciones urbanas que fusionan sonidos del Pacífico con ritmos urbanos, como La Mojarra Eléctrica. En la búsqueda por plasmar sus sentimientos en la música, nace Ancestros, agrupación victoriosa del Festival Petronio Álvarez en 2007, posteriormente invitado por la Cancillería a hacer parte del Plan de Promoción de Colombia en el Extranjero. Para Esteban Copete “la marimba es la representación de un pueblo y cuenta una historia de todo un proceso, una experiencia que vivió la etnia africana, cargada de mucha nostalgia, muchas alegrías, muchas tristezas (…) todo esto es transmitido a través del sonido que ella emana. Suena como agua, un sonido muy redondo, pastoso”.





JEFFREY
Las máquinas imaginarias

A pesar de su corta edad Jeffrey es consciente de la vida que le tocó vivir. Sus sueños están hechos de la misma materia que están hechas las ambiciones de los adultos, y aunque permanezcan empapadas de inocencia, esa materia viene de “los imaginarios de un niño en el Chocó. Todos quieren tener una máquina para tumbar bosques, porque es la forma más fácil de ganar dinero, o la más directa para hacerse rico.”, como afirma el director. Jeffrey ha tenido que vivir en medio de la escasez, en un contexto familiar que no tiene que entender para que le haga daño, imágenes que van convirtiéndose en la normalidad, trazando una historia que posiblemente se repetirá.

Su mirada es igual a la de su padre, misteriosa y reservada. Ambos comparten el amor por la música, por eso Everlides durante el poco tiempo que pasa en la casa, le enseña a Jefrrey a tocar la marimba.

La vida de Jeffrey es una dualidad. Sus días son alegres, va al colegio, se divierte en el río con sus amigos e imagina que conduce máquinas invisibles; pero en la noche es testigo de los abusos y maltratos de su padre hacia su madre, donde él no puede intervenir, sólo consolar a su hermana Candelaria.

CANDELARIA
¿A qué sabe la torta?

“En el guión no existía la torta. Llegó cuando estaba hablando con Daniela (Candelaria), y me dijo -Qué ricos esos dulces que usted trae, debería regalarme una torta un día de estos-, le pregunté -¿por qué una torta y no otro dulce?-, y me dijo -porque yo no sé a qué sabe-. Empecé a preguntarles a todos los niños a qué sabía una torta, y ninguno había probado una. Parece ilógico, pero lo más básico que tenemos, ellos no lo tienen. Por eso para mí era importantísimo incluir la torta en la película, y qué mejor que  fuera la excusa para que Chocó hiciera todo lo que hace por el amor a sus hijos”. Jhonny Hendrix Hinestroza

Candelaria es la hija menor de Everlides y Chocó. Su dulzura e ingenuidad la han convertido en la mejor amiga de su madre, quien se aferra a ella y a Jeffrey como sus cómplices, sus compañeros de viaje. El día de su cumpleaños cambiará la vida, tal y como ella la conoce. Su regalo deseado es una torta, un pacto entre ella y su madre, del cual nunca sabrá todas sus implicaciones.

La ternura de Candelaria desarma a Everlides, quien en ocasiones se acerca y la acaricia. Y aunque ella le teme a su padre, es muy pequeña para comprender aquellas cosas que debe presenciar, muy chica para entender lo que una mujer hace por sus hijos, cómo funciona el amor y qué es la vida.

La expresión en los ojos de la pequeña Candelaria cuando prueba su torta de cumpleaños le darán a Chocó las fuerzas para  darle un vuelco a su vida, para alejar a sus hijos de una realidad tan lesiva y conservar la inocencia en su mirada, en su risas. Candelaria representa la esperanza, la fe, la espera por una torta que aunque tarde    un poco, llegará para cambiar su vida y empezar a trazar otra historia.

Antorcha Films
-Compañía Productora-

ANTORCHA FILMS es una empresa de producción cinematográfica colombiana liderada por el productor y director Jhonny Hendrix Hinestroza. En el 2006 produce el largometraje PERRO COME PERRO de Carlos Moreno, el cual tuvo su premiere mundial en Sundance en 2008. En 2007 realiza la producción ejecutiva y presta servicios de producción para la película DR. ALEMÁN de Tom Schreiber, cinta de la productora Alemana 2Pilots Filmproduktion, protagonizada por August Diehl y Marleyda Soto, quien recibió por este papel el premio a Mejor Actriz en el Festival de Cine de Viña del Mar en el 2009.

En el 2008 ANTORCHA FILMS participa con Control Z (Uruguay), Rizoma Films (Argentina) y Wanda Films (España) en la coproducción del largometraje HIROSHIMA de Pablo Stoll; y realiza la producción de EN COMA, una codirección de Juan David Restrepo y Henry Rivero. En 2010 participa en las coproducciones PATAS ARRIBA de Alejandro García Wiedemann de Venezuela y SIN OTOÑO Y SIN PRIMAVERA, de Iván Mora de Ecuador, esta última actualmente en postproducción.

Junto a Palermo Animación y Rain Dogs Cine, gana en 2010 el estímulo de producción del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico de Colombia, FDC, con la animación ANINA, que también ha obtenido el FONA de Uruguay y dos premios IBERMEDIA, próxima a estrenarse en salas de cine. También es coproductor de DESHORA una película de Bárbara Sarasola Day de Argentina, actualmente en postproducción, así como en la etapa de preproducción del filme norteamericano ESCRIBANA DE URABÁ, dirigido por Jef y Michael Zimbalist en coproducción con XYZ Films, y en el desarrollo de los largometrajes EL FÉRETRO,  ORLANDA y  SAUDÓ, éstos últimos escritos y dirigidos por Jhonny Hendrix.

En el campo documental tiene en coproducción los proyectos LOS NIÑOS DE INKISI y CENIZAS DEL PERDÓN, ambos rodados en el Congo – África en asocio con TalaTala Producciones de España; así como EL CONFIDENTE de Luis Villegas con Pavoreal Producciones y TalaTala Producciones, éste último en etapa de desarrollo.

Actualmente ANTORCHA FILMS se encuentra a punto de estrenar en salas a nivel nacional CHOCÓ, opera prima del director y productor Jhonny Hendrix, película que participó en la Sección Panorama del 62 Festival Internacional de Cine de Berlín y fue invitada a inaugurar el 52 Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, donde obtuvo el premio del público.




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FICHA TÉCNICA

Título:
Chocó
Año: 2012
País: Colombia
Género: Drama
Idioma: Español
Duración: 80 Minutos
Formato de rodaje: Red One HD 4K
Formato de proyección: Dolby 5.1
País: Colombia
Director: Jhonny Hendrix
Año: 2012
Guión: Jhonny Hendrix y Alfonso Acosta
Producción: Jhonny Hendrix y Maritza Rincón
Dirección de fotografía: Paulo Andrés Pérez
Dirección de arte: Claudia Victoria
Sonido: Miller Castro
Editor: Mauricio Vergara
Reparto: Karent Hinestroza (Chocó), Esteban Copete (Everlides),  Fabio Iván Restrepo (Ramiro “El Paisa”), Daniela Mosquera (Candelaria), Sebastián Mosquera (Jeffrey)
Empresa productora: Antorcha Films













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